El diputado y defensor de los derechos de la comunidad LGBTI Aldo Dávila denunció la campaña de persecución orquestada contra él desde el Estado para obstaculizar su posible reelección en los comicios del próximo junio.

En un primer momento, el Registro de Ciudadanos del Tribunal Supremo Electoral (TSE) había aceptado su inscripción como candidato a diputado por el partido Voluntad Oportunidad y Solidaridad (VOS).

Sin embargo, luego el mismo Tribunal revocó la inscripción, supuestamente por no contar con los requisitos de “idoneidad”, ya que contra Dávila fueron presentadas varias impugnaciones.

Una de ellas fue elevada por el secretario general del partido de gobierno Vamos, Víctor Valenzuela.

“Yo tengo más de 50 denuncias, la mayoría por injuria y difamación, pero nunca fui juzgado, ni mucho menos condenado, ni tengo procedimientos judiciales abiertos”, dijo Dávila a La Rel.

“Por el contrario – continuó el legislador – hay candidatos del partido oficialista que han sido enjuiciados por corrupción y hasta por narcotráfico, que recibieron el visto bueno para poder participar en la contienda electoral”.

El propio presidente Alejandro Giammattei interpuso tres denuncias en contra de Dávila, algo que nunca había pasado en la historia de Guatemala.

Para el activista y defensor de los derechos de la comunidad LGBTI, el intento de excluirlo se debe a una venganza del régimen por el trabajo de fiscalización y de denuncia que ha realizado desde el Congreso.

“La decisión del TSE es absurda y se enmarca en un ataque sistemático a mi candidatura. Es una clara persecución en mi contra por todo lo que he venido destapando y denunciando. Representa un golpe mortal a la institucionalidad del país”, aseguró.

La decisión tomada por el máximo órgano electoral se encuadra en un escenario de ataques reiterados y sistemáticos a opositores políticos y sociales, incluyendo a aplicadores de justicia que investigan la red de corrupción incrustada en el Estado, que han hundido a Guatemala en una crisis profunda de legalidad e institucionalidad.

“Voy a seguir dando batalla, interponiendo recursos legales y llegando hasta las últimas instancias. No todo está perdido”, concluyó Dávila.