Donald Trump, el Partido Nacional y el narcotráfico
Cofadeh | Rel UITA
22 | 12 | 2025

Si Estados Unidos, a través de su embajada en Tegucigalpa, termina publicando en Navidad una declaración oficial de resultados sobre el estiércol electoral del pasado 30 de noviembre, será responsable directo del derramamiento de sangre en el país.
Honduras ya vivió en 1924 esta violencia, consecuencia de los resultados fraudulentos en las elecciones de 1923. En el escenario de extrema violencia del Partido Nacional contra el Partido Liberal, participaron políticos, militares y, como de costumbre, marines estadounidenses que ingresaron al país por el sur. Sin embargo, la situación actual es aún más compleja que en 1924.
En las pasadas elecciones votó menos de la mitad de los 6.5 millones de habilitados. La razón principal, a nuestro criterio, fue la designación anticipada como “ganador” del Partido Nacional por parte de Donald Trump y la participación de criminales armados en favor de su candidato: Nasry Asfura.
La ilusión de lo público sirviendo al público duró poco en Honduras, como también el retorno progresivo de migrantes a su Patria, la reunificación familiar, los avances en salud y educación. Migrar, será otra vez la alternativa para miles de hondureños.
Al día de hoy se galvaniza la certeza del fraude, un nuevo golpe, la ejecución de un plan siniestro y el injerencismo imperialista.
Todos estos hechos han sido ocultados descaradamente por las misiones de observadores de la OEA y la Unión Europea, que en honor a la dignidad nacional deberían ser expulsadas de inmediato del territorio nacional por su complicidad.
En estos días ya nada falta por verse. La liberación del dictador, líder del Partido Nacional y el narcotráfico (Juan Orlando Hernández) y el alineamiento de la nueva cúpula militar, coloca los astros en línea al autoritarismo, la violencia y la criminalidad organizada. Nuevamente veremos, sistemáticamente, como se expulsan comunidades, se persiguen disidencias y liderazgos.
La lucha continúa y la mano viene dura.
