Con Joel Rivera y Maynor Ponce
Azunosa no tuvo otro camino que acatar la
resolución judicial
Giorgio Trucchi
3 | 7 | 2025

Maynor Ponce y Joel Rivera | Foto: Giorgio Trucchi
En abril y mayo de este año, Azucarera del Norte SA (Azunosa, que en su cartera de clientes figura Coca Cola) restituyó a sus puestos de trabajo a dos directivos del Sitiamash que había ilegalmente despedido en 2019 y 2024. Un ejemplo más de que la lucha paga.
El injusto despido de varios trabajadores está estrictamente relacionado con la decisión de fusionar el antiguo sindicato (Sitrazunosasg) con el Sitiamash y conformar una nueva seccional.
En septiembre de 2023, la Corte de Apelaciones del Trabajo de San Pedro Sula confirmó la disolución del Sitrazunosasg, reconociendo implícitamente la plena legalidad de la seccional Azunosa.
Como era de esperarse, la empresa recurrió de amparo ante la Corte Suprema de Justicia, cuyos magistrados aún no han emitido una resolución definitiva del caso.
Un último paso para llegar a negociar un convenio colectivo con la empresa azucarera.
Paralelamente a la batalla legal, la empresa desató una persecución contra quienes, a partir de 2017, tuvieron la osadía de organizarse sindicalmente. Fue en este contexto que comenzaron los despidos.
Varios trabajadores, casi siempre por necesidad, tuvieron que abandonar la lucha, mientras que otros decidieron mantenerse firmes. Finalmente, la empresa no tuvo otro camino que devolverlos a sus puestos.
Maynor Ponce García fue despedido el 31 de julio de 2019 por haberse afiliado al sindicato y haber aceptado un cargo directivo en la seccional Azunosa.
“Ese día nos llamaron a una reunión y cuando llegamos nos dijeron que íbamos a ser despedidos por una supuesta reestructuración.
Nosotros sabíamos que la verdadera razón era pertenecer al Sitiamash. Con otros compañeros decidimos no aceptar el pago de prestaciones e iniciamos la batalla legal”, recuerda.
Fue un largo proceso de casi seis años. Finalmente, sólo Ponce García se mantuvo en la lucha y su firmeza fue premiada el 23 de abril pasado, cuando la empresa los reinstaló a su puesto de trabajo.
Algo similar es lo que vivió Joel Rivera Menjívar.
“A mí me despidieron el 9 de agosto de 2024. No firmé nada, ni acepté el pago de las prestaciones y les dije que no me podían despedir porque era miembro del comité ejecutivo central del Sitiamash y subsecretario de la seccional Azunosa”.
La empresa no le hizo caso y el 28 de mayo de este año tuvo que reintegrarlo a su puesto.
“En mi caso el proceso fue mucho más rápido, en cuanto fue fácil demostrar que tenía un cargo en la junta central y estaba protegido por el fuero sindical”, explicó.
Ambos trabajadores reconocen el apoyo recibido por el Sitiamash y la Rel UITA, así como la importancia de estar organizados.
“Estar afiliado al sindicato fue importantísimo. Te acuerpa, te da más fuerza, te permite defender tus derechos”, aseguró Ponce.
“Pertenecer a una organización sindical garantizó que mi lucha fuera exitosa. Muchos compañeros aún no lo entienden o siguen teniendo miedo. Pero vale la pena”, concluyó Rivera.

Foto: Giorgio Trucchi