“Si Dios fuera mujer no se instalaría
lejana en el reino de los cielos,
sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno,
con sus brazos no cerrados,
su rosa no de plástico
y su amor no de ángeles”.
(Fragmento del poema Si Dios fuera mujer, Mario Benedetti)
El encuentro, que se realizó en modalidad virtual y cerrada contó con la participación de más de 80 personas, entre dirigentes sindicales e invitados de diferentes sindicatos de ocho países de la región y también de Europa.
En esta oportunidad el Comité Latinoamericano de la Mujer de la UITA (Clamu) visitó al Sindicato de Trabajadores de la Palma (SITRAPA) de Costa Rica; a la Confederación Democrática Brasileña de Trabajadores de la Alimentación (Contac-CUT) de Brasil y a la Unión Personal Auxiliar de Casas Particulares (UPACP) de Argentina.
Dania Obando, Geni Dalla Rosa y Carmen Brítez compartieron las experiencias que desde sus organizaciones sindicales contribuyeron al empoderamiento de las mujeres, tanto en el ámbito laboral como en la propia participación en el sindicato.
Aunque las historias de estas mujeres difieren en cuanto a lugar de origen y realidad social, en ellas se entrelazan las mismas luchas, los mismos desafíos, las dificultades y la discriminación cotidianos.
Pero también la indignación, los anhelos y la rebeldía de saberse capaces de enfrentar todo lo que se presente por delante, a pesar que en pleno siglo XXI todavía tengan que seguir rindiendo pruebas de su capacidad.
Desde la Regional Latinoamericana de la UITA, las trabajadoras no se achican ante la nueva realidad que impone la pandemia del Covid-19. Ellas van más allá, y continúan organizándose, solidarizándose y conectándose como pueden.
El Seminario de este miércoles fue un claro ejemplo de ese empuje, algo que fue destacado por la histórica dirigente de la UITA Barbro Budin, que participó desde Suecia y por Julie Duchatel, coordinadora de Género e Igualdad de la UITA en Ginebra, Suiza.
Ambas coincidieron en que desde América Latina siempre soplan vientos de esperanza y cambio.
La joven dirigente Dania Obando contó cómo logra sortear la marcada postura antisindical que tiene la empresa para cual trabaja, cada vez que tiene que realizar alguna actividad para la organización, problema este que se suma a los escasos recursos para llevar adelante tareas como la afiliación de nuevos miembros, la logística para desplazarse entre las fincas y su rol de madre soltera.
“Las mujeres estamos en mil actividades distintas, y personalmente me he venido formando en el ámbito sindical gracias a la Fentrag y a la Rel UITA, a Gerardo Castillo, Frank Ulloa, Gerardo Iglesias y Jaqueline Leite que me asesoran y capacitan permanentemente”, dijo al finalizar su exposición que llamó ‘El poder de la mujer‘ y que mostró su experiencia personal como militante que la llevó a la Secretaría General de su sindicato.
Geni Dalla Rosa, expuso sobre la importancia y la necesidad de la capacitación sindical y política de las mujeres como herramienta fundamental para abrirse espacio en un mundo endémicamente machista.
Recordó su propia formación sindical en los Círculos de Estudio que la Rel UITA impartía en Brasil, inclusive en plena dictadura, recordó con cariño y admiración a Enildo Iglesias (ex secretario regional) como su maestro y su guía en el sindicalismo.
Actualmente, y luego de ser durante varios períodos presidenta de su sindicato, Geni desarrolla la función de secretaria de Educación en la Contac, es ella ahora la encargada de formar a los nuevos cuadros de hombres y mujeres que buscan integrarse en equidad.
Por su parte, Carmen Brítez habló sobre los impactos de la cuarentena obligatoria en su país debido a la pandemia, y sus efectos en un sector que es casi totalmente feminizado.
“Hemos logrado que se paguen los salarios y se adopten los protocolos necesarios para la seguridad de las compañeras que siguen trabajando y hemos habilitado 25 nuevas líneas de atención en el sindicato, pero la realidad nos golpea a diario, no solo en cuanto al coronavirus sino también a la falta de empleo y sus consecuencia más inmediatas, la pobreza y el hambre”, destaca Carmen.
La dirigente informó que siguen proporcionando los servicios médicos a través de la obra social del sindicato pero que la crisis sanitaria que derivó en crisis económica y social agrava la situación de vulnerabilidad de este colectivo de trabajadoras y que será necesario redoblar esfuerzos para lo que se viene.
Este Seminario virtual -el primero de un ciclo de cinco- que reunió a referentes y nuevas dirigentes, a experimentadas y novatas militantes y también a compañeros varones que se suman a la causa, forma parte de una experiencia colectiva encabezada por mujeres trabajadoras que tienen la firme convicción que defender sus derechos y los de los demás es la única forma de evolucionar hacia una sociedad más justa, más digna e igualitaria.
En Montevideo, Amalia Antúnez