Mundo | DDHH | DESAPARECIDOS

30 de agosto

Por verdad y justicia,
la lucha continúa

Gerardo Iglesias

30 | 8 | 2024


Imagen: Rel UITA

En 1981 se instituía el Día Internacional del Detenido Desaparecido, en memoria de las decenas de miles de personas secuestradas y asesinadas por razones políticas. La iniciativa había sido presentada ese mismo año por la recién creada Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos (Fedefam).

Tiempo más tarde la hicieron suya organizaciones del mismo tipo de Asia, África y Europa y desde 2010 también Naciones Unidas instó a conmemorar el día.

La ONU estaba trabajando desde cinco años atrás en una “Convención Internacional Para la Protección de Todas las Personas contra de la Desaparición Forzada” que acabaría siendo adoptada a fines de ese mismo 2010.

Una de las disposiciones centrales de ese texto es que declara a la desaparición política como un delito de lesa humanidad e imprescriptible.

Otra es que responsabiliza a los estados de lo sucedido con los desaparecidos, su búsqueda, la investigación de los hechos, la reparación a sus familiares y la adopción de leyes para castigar y prevenir ese delito.

En un comunicado publicado el viernes pasado, Fedefam reconoció que en los 43 años transcurridos desde aquel 1981 ha habido “sustanciales logros, pero también retrocesos que entre todos se debe revertir”.

Entre los logros destacó los avances registrados en la sanción de esos delitos en algunos países de la región y el montaje de un cierto andamiaje estatal.

En el lado negativo de la balanza ubica la permanencia de niveles de impunidad, variables según los casos, pero constatables incluso en algunos de los países donde más avances se habían producido, como Argentina, en pleno proceso de revisionismo desde la asunción del gobierno del ultraderechista Javier Milei.

“Una de las consecuencias que genera la continuidad de este crimen es no lograr llevar a juicio a sus responsables materiales e intelectuales, entre ellos, militares, paramilitares, policías, agentes de seguridad e inteligencia, civiles, empresarios, jueces”, señaló Fedefam.

La metodología de la desaparición forzada sigue siendo además utilizada en la región, como se lo ha visto y se lo ve fundamentalmente en México, pero también en otros países.

Hoy hay en América Latina miles de personas que desaparecen, no solo como consecuencia de represión política. De esas “nuevas” desapariciones (de migrantes, de víctimas de trata) también se ha ocupado y se ocupará la Rel UITA.