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Una nueva flotilla solidaria hacia Gaza

Para horadar el genocidio

“Es el mundo entero contra el genocidio”, dijo el activista brasileño Thiago Ávila el domingo, cuando los primeros barcos de lo que se espera sea una gran flotilla partían desde el puerto de Barcelona para intentar llegar a Gaza con ayuda humanitaria. Serán decenas las embarcaciones, y cientos las personas que tratarán esta vez poder llegar a la masacrada franja palestina.

Daniel Gatti

1 | 9 | 2025


Foto: AFP

El mal tiempo los hizo regresar unas pocas horas después, pero los capitanes de los 22 barcos decidieron el lunes partir apenas el tiempo lo permita para tratar de recorrer las 1.500 millas que separan a Barcelona de la Franja en el menor tiempo posible, teniendo en cuenta que también tocarán otros puertos en el Mediterráneo, en Italia, Túnez y Grecia, y que puede haber incidentes en alta mar.

“Es urgente llegar con ayuda a Gaza, allá la gente está al borde de la muerte a cada hora”, dijo Ávila.

La flotilla, la tercera en espacio de tres meses –las otras dos fueron interceptadas por el ejército israelí- será la más numerosa de todas cuantas se han organizado hasta ahora en solidaridad con Palestina.

Más de 5.000 personas despidieron en Barcelona a los primeros embarcados, entre los que hay dirigentes políticos y sindicales, famosos actores como Susan Sarandon, militantes sociales, activistas como la joven sueca Greta Thunberg, y gente “de a pie” que “ya no puede más de ver cómo la humanidad no pone fin a esta masacre, a esta limpieza étnica que se está desarrollando a la vista de todos”, según dijo Ávila.

“Este es el inicio de una Palestina independiente”, se ilusionó el domingo otro de los organizadores de la flotilla, Mohamed Nadir Al-Nuri, y la ex alcaldesa de Barcelona Ada Colau, que es parte de la expedición, dijo que “ahora más que nunca la causa palestina es la causa de la humanidad”.

“Si lo logramos, podremos ir abriendo verdaderos corredores humanitarios para que a Gaza comiencen a llegar en serio alimentos, medicamentos, combustibles, todo lo esencial para una gente que está siendo asesinada de todas las maneras posibles: con bombas, misiles y por hambre”.

El hambre como arma de guerra

Naciones Unidas declaró “oficialmente” a Gaza como un territorio “bajo hambruna” –por causas tan poco naturales como el bloqueo a que la está sometiendo Israel- y en estas últimas semanas han muerto directamente de hambre en la Franja unas 400 personas, en su mayoría niños.

Muchísimas más sucumbieron a enfermedades perfectamente curables en estos 22 larguísimos meses de asedio.

Y cientos han sido asesinadas a balazos mientras se acercaban desesperadas a las colas del hambre a recibir lo poco que se les distribuye en unos escasísimos “puntos de asistencia” montados en la Franja por una seudo organización humanitaria manejada por israelíes y estadounidenses.

Abrir los ojos

“Cada día más y más gente está abriendo los ojos ante el genocidio, que se está haciendo cada vez más claro, pero es hora de parar ya con esto”, insistió Thunberg antes de partir desde Barcelona.

Unas 26.000 personas se inscribieron como voluntarias para formar parte de la flotilla. La gran mayoría quedó afuera, pero hay 44 nacionalidades representadas entre los embarcados.

“Tal vez Israel no sea tan torpe como para interceptarnos a la fuerza o deportarnos” como hizo las dos veces anteriores, o directamente asesinar a los socorristas, como sucedió en 2010, cuando soldados abordaron en alta mar un barco de la operación Gaza Libre y mataron a once personas, le dijo al periodista Gustavo Veiga el capitán argentino Julio González.

“Yo creo que Israel, como está acosado por todos lados y la solidaridad con Palestina crece, tal vez haga una jugada más inteligente”, piensa González, que conduce un velero integrante de la expedición.

A bordo del barco de González hay gente “de muy distintas culturas, idiosincrasias, orígenes, un crisol podría decirse y muchas personas que nunca navegaron. Ya de por sí, eso tiene el mérito del coraje porque la van a pasar mal, se van a marear, a descomponer”.

Nada será comparable, de todas maneras, “a lo que pasa todos los días la gente en Gaza”, dice Thunberg: “Lo indecible. Un holocausto”.