Asesinar periodistas, una práctica habitual del gobierno de Israel
En momentos en que prepara una invasión a la Ciudad de Gaza que promete ser particularmente sangrienta, Israel continúa asesinando periodistas para impedir que se muestre lo que está sucediendo en tierras palestinas.
Daniel Gatti
26 | 8 | 2025

Imagen: Allan Mc Donald`s – Rel UITA
El último episodio data del fin de semana pasado, cuando otros seis reporteros fueron asesinados durante el ataque al hospital Naser, uno de los pocos que quedan relativamente en pie en el enclave.
Los reporteros fueron acribillados mientras trataban de ayudar a los heridos por el bombardeo y documentar lo sucedido.
A ese método de matar dos veces sucesivas –primero atacando un objetivo y luego a quienes acuden para socorrer a las víctimas– se lo conoce como “doble golpe”.
Como siempre cuando sucede una masacre indisimulable, Israel pidió “disculpas” por el “error”, como si se tratara de un desgraciado episodio aislado.
No lo era por partida triple: porque los hospitales, como el resto de las infraestructuras civiles (policlínicas, escuelas, universidades, todo tipo de viviendas y edificios), son blanco corriente de sus operaciones; porque los periodistas también lo son; y porque el método del doble golpe forma parte de las prácticas habituales de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
Algunos países occidentales que hasta ahora han prestado cobertura militar y propagandística a Israel y ahora, ante la dimensión de la matanza, están tomando un poquitín de distancia, pidieron “una investigación independiente”, jugando también ellos al juego de la excepcionalidad.
Una semana antes las FDI habían masacrado a otros seis periodistas bombardeándolos con drones en la carpa que ocupaban: cuatro eran de la cadena catarí Al Jazeera y dos trabajaban por su cuenta. No hubo error de cálculo ni equivocación en el objetivo: el blanco buscado eran ellos, asimilados por Israel a “terroristas al servicio de Hamás”.
Según la Oficina de Medios del gobierno de Gaza, ya son 246 los reporteros asesinados por el ejército de la potencia colonial desde octubre de 2023.
Nunca ha habido tantos periodistas muertos en un conflicto o una guerra en país alguno, ni siquiera sumando las dos guerras mundiales y las de Vietnam, Irak y Afganistán.
La casi totalidad de los asesinados son palestinos, porque Israel ha cerrado Gaza a cal y canto a la prensa extranjera desde el comienzo mismo de su “ofensiva”, hace 22 meses.
A uno de los periodistas de Al Jazeera asesinados, Anas Al Sharif, de 28 años, se lo conocía como “La voz de Gaza”, por su costumbre de moverse de un lado a otro de la Franja para informar y mostrar el horror.
En sus últimos días, además de la destrucción cotidiana documentaba la hambruna que reina en su tierra por el bloqueo de Israel al ingreso de alimentos y agua.
En un muy reciente posteo en sus redes sociales el propio periodista advirtió que podía ser asesinado en cualquier momento. En diciembre de 2023, en un ataque anterior a una de sus casas (como todos los gazatíes se veía obligado a cambiar de vivienda a medida que los bombardeos se sucedían) su padre resultó asesinado.
“Si les llegan estas palabras sepan que Israel ha logrado asesinarme y silenciar mi voz”, escribió en una suerte de testamento.
«He vivido el dolor en todos sus detalles, he probado el sufrimiento y la pérdida muchas veces, pero nunca dudé en transmitir la verdad tal como es, sin distorsiones ni falsificaciones«, contó en otro mensaje que publicó en sus redes sociales.
Al Sharif se preparaba a desplazarse a Ciudad de Gaza, cuya ocupación total tiene en preparación el gobierno de Israel en el marco de su plan de mediano plazo de vaciar a toda la Franja de palestinos.
Las condenas al accionar genocida del gobierno de Benjamín Netanyahu incluyen ahora a algunos de sus aliados. Pero nadie hace nada efectivo para parar la masacre. Ya van casi 62.000 asesinados, y el mundo sigue dejando hacer.