La labor del Clamu, la trata de personas y el trabajo esclavo
Con Patricia Alonso
Cuando el empleo es un señuelo
La labor del Clamu, la trata de personas y el trabajo esclavo
Patricia Alonso (Foto: Gerardo Iglesias)
Patricia Alonso es secretaria general del Sindicato de Obreros Panaderos de Lomas de Zamora, perteneciente a la Federación Argentina y Unión del Personal de Panadería y Afines (FAUPPA) y también presidenta del Comité Latinoamericano de la Mujer de la UITA (Clamu). La Rel dialogó con ella sobre las perspectivas para el 2014 en la gestión de ambas organizaciones.
-¿Cuáles son los principales desafíos para este año junto a la Federación?
-Continuar profundizando las labores de formación y capacitación de nuevos cuadros. En su gestión al frente de la Federación, Abel Frutos lo marcó como la principal prioridad para este año.
Por otra parte, en Lomas de Zamora pretendemos avanzar en la idea y acción de abrir el Sindicato a la comunidad.
Capacitar, socializar, contener
-En este sentido debemos destacar que el pasado año inauguraron la Escuela de Capacitación y la Casa de la Mujer y el Niño…
-Cuando llegamos a Lomas de Zamora el local del Sindicato estaba abandonado y comenzamos un arduo trabajo de remodelación. Luego construimos la Escuela de Capacitación del Oficio Panadero, porque entendemos que en la capacitación está la salvaguarda del oficio. También construimos ese nuevo espacio, la Casa de Mujer y el Niño, para vincularnos más y más con la comunidad.
-Y a fin de año surgió la idea de producir y distribuir 10 mil panes dulces…
-¡Una fantástica y loca experiencia! (sonrisas). La iniciativa nació entre los jóvenes que han pasado por las Jornadas de Capacitación Sindical de FAUPPA, donde la Rel-UITA colabora mucho con la formación de nuevos cuadros, y para producirlos se utilizaron las instalaciones de la Escuela del Oficio Panadero, aquí en Lomas.
Los panes dulces fueron entregados a hogares de ancianos, sanatorios, centros de salud y a hogares de niños judicializados, y la verdad que la experiencia fue enriquecedora, no sólo por la donación en sí, sino que fue muy gratificante para todo el grupo.
Lo mejor de todo fue ver cómo jóvenes delegados salían de trabajar y luego pasaban por la Escuela para dedicar tiempo a elaborar el pan dulce para después donarlo.
La trata de personas
-¿Y del Clamu que nos puedes decir?
-Que hay mucho trabajo por hacer, y para ello necesitamos que el Clamu se desarrolle institucionalmente y vaya al encuentro de viejas y nuevas problemáticas.
Estamos tratando de posicionarlos en distintos lugares, por ejemplo a fines de octubre participamos un buen grupo de compañeras en el Congreso de la Red de Trabajadoras Domésticas que se realizó en Montevideo y que fue coorganizado por la UITA. Eso nos vino muy bien porque hicimos nuevos contactos con compañeras de distintos sectores.
Por otro lado, vamos a profundizar en el abordaje sobre la trata de personas y el trabajo esclavo, que comenzamos el año pasado en Brasil, y luego continuamos en Argentina con la participación de Jaqueline Leite,del Centro Humanitario de Apoyo a la Mujer (CHAME), Jair Krischke, presidente del Movimiento de Justicia y Derechos Humanos (MJDH), y la Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas (ALAL). En esa instancia firmamos un importante convenio de cooperación entre el Clamu, la Rel-UITA y estas instituciones.
Nuestra intención ahora es planificar el trabajo con estas organizaciones y la Rel-UITA. Establecer una agenda de talleres de formación y capacitación en el tema de la trata de personas y el trabajo esclavo, y como decimos en el Convenio, adoptar estrategias de prevención y contribuir a la movilización de la sociedad civil para la promoción del ejercicio de la ciudadanía y la defensa de los derechos humanos.
–Son desafíos ambiciosos…
-Seguro que sí, pero ya venimos trabajando desde hace muchísimo tiempo en el tema de estas redes de contención, y ahora estamos enfocando nuestra tarea en la trata de personas, una situación que en general tiene una estrecha vinculación con el trabajo.
Por eso consideramos que los sindicatos debemos tomar esta posta y trabajar fuertemente en el tema, porque en líneas generales las personas que son víctimas de trata, en su mayoría mujeres, llegan a esa situación atraídas por el señuelo del empleo. Es decir que el engaño explota una situación de fragilidad que es, fundamentalmente, la necesidad de un trabajo que permita una vida digna.
También estamos enfocados en el tema de género, desarrollando una labor de contención hacia la mujer trabajadora y su grupo familiar. Por ejemplo, estamos trabajando mucho el problema de la violencia intrafamiliar con un equipo interdisciplinario -médicos, psicólogos, psiquiatras, asistentes sociales y abogados-, lo que nos permite no solo conocer la situación de la trabajadora, sino además acompañarlas en el proceso de superación del problema.