Desde hace poco más de un mes, el movimiento sindical y social de Costa Rica comenzó una huelga nacional indefinida que reunió a miles de personas contra una reforma fiscal que, entre otras cosas, grava a productos de la canasta básica, medicamentos, consultas médicas, salarios y jubilaciones pero exonera de impuestos a grandes empresas transnacionales.
“Y no se queda ahí, porque también propone una amnistía para los evasores, que son tantos que representan el 5 por ciento del Producto Bruto Interno, contra el 1,3 por ciento que pretende recaudar el gobierno con este paquete fiscal”, informa Guillermo.
Ante esta realidad, gremios de la educación y de los organismos públicos, acompañados por diversos grupos organizados de la sociedad civil, vienen manifestándose y movilizándose de norte a sur de Costa Rica contra la aprobación de esta reforma.
“El gobierno no alcanzó los votos necesarios para que el ‘combo fiscal’ fuera aprobado y el debate deberá pasar por la Sala 4 de la Suprema Corte de Justicia y en esta segunda etapa deberá consultar a los involucrados: municipalidades, la propia Corte y otros organismos. Ya hubo varios municipios que se pronunciaron en contra”, señaló.
Guillermo recuerda que durante el primer debate en Diputados el gobierno logró 35 votos a favor del proyecto, tres menos de lo que esperaba, y 22 en contra.
“Al principio solo dos diputados eran contrarios a la reforma, pero después de iniciadas nuestras movilizaciones pasamos a 22”, recordó.
Una de las movilizaciones masivas en la capital, San José, llegó a congregar a cerca de un millón de personas a pesar de los intentos del gobierno de desprestigiar al movimiento sindical y evitar que más gente se sumara a la manifestación.
“En esa oportunidad, la policía intentó impedir el acceso de mucha gente que llegó en buses, provenientes de diversos puntos del país. No lograron abarcar todo, porque la movilización fue tal que los desbordó”.
Adicionalmente, el presidente Alvarado no ha cesado de montar shows en los que aparece como víctima o como héroe, según se presente el guión.
“En cierta oportunidad contrató a personas para que montaran un espectáculo donde él llegaba a la plaza de la Cultura, en el centro de la ciudad, y era ovacionado.
En otra, cuando fue increpado por sindicalistas, dijo haber sido agredido por uno de ellos, algo que posteriormente se comprobó que estaba armado”, relató el dirigente.
La última gran manifestación se realizó el jueves 11, previo al plazo estipulado por la justicia para dar un fallo definitivo sobre la legalidad o no de la huelga.
“Esta movilización reunió a unas 5.000 personas y fue convocada por el obispo de la zona sur de San José, una región donde los movimientos populares son muy fuertes. Fieles de otras iglesias, sindicatos y organizaciones de la sociedad civil también marcharon en peregrinación”.
En este momento el movimiento sindical de Costa Rica aguarda el fallo judicial sobre si la huelga del magisterio es procedente.
“En primera instancia, la huelga fue declarada ilegal, pero estamos aguardando el resultado de la apelación. De todas formas estamos movilizados”, concluyó.
La aprobación de paquete fiscal todavía tiene un mes de plazo antes que se retome la discusión en el Congreso.
No se sabe qué pasará, pero en épocas donde el movimiento social y sindical en América Latina se muestra atomizado y tímido, estas movilizaciones en Costa Rica llegan como una bocanada de aire fresco.
Foto: Ande