Tanto Ignacio Ellacuría como monseñor Óscar Romero eran salvadoreños. Uno nació allí, el otro se naturalizó allí. Los dos, desde su fe cristiana, se comprometieron con el pueblo pobre hasta la muerte.

Tanto Ignacio Ellacuría como monseñor Óscar Romero eran salvadoreños. Uno nació allí, el otro se naturalizó allí. Los dos, desde su fe cristiana, se comprometieron con el pueblo pobre hasta la muerte.