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Uruguay marcha por Palestina

Ante un genocidio, no hay lugar
para la tibieza

Amalia Antúnez

1o | 10 | 2025


Foto: Amalia Antúnez

El centro de la capital uruguaya se llenó de voces, carteles y banderas palestinas. Frente a la Intendencia de Montevideo, una multitud se concentró con un mensaje claro: basta de genocidio.

Desde allí, avanzaron hacia la Plaza Independencia, donde, al costado de la sede del gobierno nacional, denunciaron la masacre en curso contra el pueblo palestino.

La movilización fue convocada por la Coordinación por Palestina Uruguay, de la que forma parte la Rel UITA, y nucleó a organizaciones sociales, sindicales, estudiantiles, de derechos humanos y populares y tuvo réplicas en los 19 departamentos de Uruguay.

Los manifestantes exigieron que el gobierno uruguayo rompa relaciones diplomáticas con Israel y se pronuncie con firmeza ante lo que califican como crímenes de lesa humanidad.

Desde el 7 de octubre de 2023, el pueblo palestino vive bajo fuego constante. Más de 67.000 personas han sido asesinadas desde entonces, la mayoría mujeres, niñas y niños. Pero las bombas no son el único mecanismo de exterminio: Gaza está completamente bloqueada por tierra, mar y aire. No entra agua, no hay electricidad, ni medicinas, ni alimentos.

El hambre se ha convertido en un arma de guerra, meticulosa y cruel, usada para rendir una población entera por agotamiento y desesperación.

A esta tragedia humanitaria se sumó, hace apenas días, un nuevo acto de violencia: la armada israelí atacó la Flotilla de la Libertad – SMUD, una misión civil internacional que intentaba llevar ayuda humanitaria a Gaza.

Médicos, periodistas, activistas de derechos humanos de diversos países fueron interceptados en aguas internacionales. La flotilla fue abordada, sus ocupantes detenidos y deportados, su cargamento confiscado.

Las bombas siguen cayendo, la ayuda no entra

Mientras tanto, en la escena internacional, la política de las potencias se mueve en un terreno incierto. Este jueves, Donald Trump anunció un supuesto alto al fuego. La noticia recorrió medios de todo el mundo, pero en Gaza las bombas seguían cayendo.

Este viernes 10, el gobierno de Israel anunció el retiro parcial de tropas de algunos sectores de Gaza. Sin embargo, el bloqueo se mantiene. La ayuda no entra. El hambre no se detiene. El exilio forzado y la destrucción persisten.

En este escenario, el silencio ya no es neutral. Y las palabras ─o la ausencia de ellas─ también toman posición.

El presidente Yamandú Orsi, hasta ahora, ha evitado pronunciar la palabra que cientos de organizaciones de derechos humanos, juristas internacionales y organismos independientes no dudan en usar: genocidio.

No es una omisión menor. Nombrar es reconocer. Y no nombrar es, en los hechos, negar la dimensión del horror. Mientras niños mueren de hambre en Gaza y hospitales son arrasados por misiles, los gestos diplomáticos calculados suenan a complicidad.

El pueblo uruguayo marchó para decir lo que su presidente aún calla: lo que ocurre en Palestina es un genocidio. Y ante un genocidio, no hay lugar para la tibieza.

Fotos: Amalia Antúnez