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Murió José “Pepe” Mujica

Adiós a un cultivador de utopías

Su vida, sus peripecias, sus sueños y visiones han hecho correr ríos de tinta y horas de grabaciones audiovisuales. Ha sido, seguramente, el más internacional de los uruguayos, mundialmente conocido por haber sido “el jefe de Estado más humilde del mundo”.

Carlos Amorin

13 | 5 | 2025


José “Pepe” Mujica | Foto: Diario Sur

De ciclista a guerrillero, pasó 14 años en calidad de rehén en las mazmorras de la dictadura. Luego diputado, senador, Ministro y Presidente del Uruguay, Pepe Mujica no completó los seis años de la enseñanza secundaria, y sin embargo once universidades le otorgaron un doctorado honoris causa.

Referente global

Sus reflexiones públicas en entrevistas y discursos a menudo impactaron en el mundo por su llaneza, sabiduría, profundidad y humanismo. Como dijo alguna vez: “Solo cuento lo que veo desde mi tractor”.

Identificado con los que más necesitan y sufren, ofreció al mundo una crítica ética sobre las relaciones económicas, sociales y políticas que imponen el capitalismo y sus desigualdades intrínsecas.

Genio y figura, asumió el costo de sus autocríticas, como la de aceptar que el sistema republicano democrático de gobierno es “la mejor cosa que inventó la humanidad hasta ahora para gobernarse”, aunque matizando que “la democracia es un mal necesario”.

Profeta en su tierra

Creador y mentor del partido político más grande del Uruguay, el Movimiento de Participación Popular, responsable en su gestión de la aprobación legal de las ocho horas para la jornada laboral rural, la legalización del aborto, de la regulación de la producción y mercadeo de la marihuana, se reconoció la responsabilidad del Estado en la violación a los derechos humanos durante la dictadura, aunque los Familiares de Desaparecidos denunciaron reiteradamente su poca colaboración en la búsqueda de los cuerpos no entregados por los militares, y en la investigación de las circunstancias de esos asesinatos.

Según las encuestas, conservó altos índices de aprobación popular al finalizar su período presidencial, y aún después de haberse retirado de la política en 2020. Su modesta chacra en las afueras de Montevideo fue “lugar de peregrinación” obligado para mandatarios extranjeros, filósofos, artistas, líderes sociales y políticos nacionales y extranjeros, incluso después de haber sido diagnosticado y tratado de un cáncer de esófago en 2024.

La batalla final

En enero de 2025 anunció que el cáncer había progresado y tomado su hígado, y comunicó que se retiraba definitivamente de la vida pública, solicitando que se le otorgara el derecho a la intimidad y la paz en sus últimos días.

El tiempo definirá el tamaño y la profundidad de la huella del Pepe en la historia del Uruguay, de su legado filosófico y político, de su compromiso con los atropellados por la aplanadora del dinero, el consumismo, el egoísmo y la insensatez.

Se fue el Pepe, un hombre que más allá de matices y claroscuros, siempre supo de qué lado estaba, y nos lo hizo sentir.