Brecha y Crisis en diálogo
El pasado viernes 3 de octubre, el semanario Brecha, en el marco de las celebraciones por sus 40 años de vida realizó una reunión ampliada de su Consejo de Redacción, convertida en un espacio de encuentro, reflexión y pensamiento colectivo.
Amalia Antúnez
9 | 10 | 2025

Foto: Amalia Antúnez
La invitación —abierta a lectores, lectoras, periodistas y organizaciones afines— proponía dos preguntas inquietantes y necesarias: ¿Qué implica hacer un semanario o una revista política y cultural hoy? ¿Cómo pensar nuestras múltiples crisis?
La cita fue en el espacio cultural Charco, un lugar íntimo y vibrante que supo convertirse, por unas horas, en una caja de resonancia donde dialogaron generaciones, lenguajes y experiencias. Alguien del público lo definió con acierto: “un verdadero entrevero”. Y lo fue. De ideas, de memorias, de futuros posibles.
Desde el otro lado del río integrantes de la revista argentina Crisis, se sumaron para pensar, junto a sus pares uruguayos, las múltiples crisis —sociales, políticas, económicas, mediáticas— que atraviesan a nuestras sociedades y a los propios medios que intentan narrarlas sin caer en la lógica de lo urgente o lo superficial.
La periodista y directora de Brecha, Betania Núñez, fue quien cursó la invitación. Y allá estuvimos. Porque lo que nos une con el semanario trasciende el oficio periodístico: es una complicidad tejida en la búsqueda común de una voz propia, crítica, enraizada en lo social, latinoamericana.
En el panel, integrantes de Brecha y Crisis compartieron las dificultades —pero también su terquedad— para sostener una publicación impresa en tiempos donde el algoritmo manda.
Hablaron de precariedad, de distribución, de audiencias dispersas. Pero también se habló de comunidad, de compromiso social, de alianzas.
El público no fue un espectador pasivo. Hubo propuestas, preguntas, aportes. Porque si algo quedó claro, es que el periodismo independiente necesita ser, cada vez más, una construcción colectiva.
Brecha y Crisis son, sin duda, dos faros del pensamiento crítico en el Cono Sur. La primera, con su raíz en la resistencia a la dictadura y su vocación política clara. La segunda, como un laboratorio de narrativas contrahegemónicas que desarma el sentido común desde la palabra y el diseño.
Ambas festejan cumpleaños redondos este octubre: 40 Brecha, el 11, 15 Crisis, el 17.
Y ambas, sobre todo, comparten una certeza: hacer periodismo hoy no es solo contar lo que pasa. Es elegir cómo y desde dónde mirar. Y en ese gesto, político y cultural, está la clave de su persistencia.
Larga vida a Brecha y que, al decir de Jorge Drexler, siempre haya tinta y tiempo para sus páginas.