La resolución, emitida el 25 de setiembre, reitera los fundamentos que llevaron a las negativas anteriores: riesgo de concentración de mercado, potencial control del precio de la hacienda para faena y posible posición dominante por parte de la empresa compradora.

En este nuevo intento, Minerva propuso la compra de las plantas La Caballada (Salto), Inaler (San José) y Establecimientos Colonia (Colonia), pero con una modificación respecto a las propuestas previas: se comprometía a revender esta última a Allana Group, un grupo de capitales indios.

A pesar del cambio, y tras varios meses de evaluación, la CPDC concluyó que la operación seguía representando riesgos significativos para la libre competencia.

El organismo recordó que, con cuatro empresas y ya controlando cerca de la mitad de la faena nacional, agregar nuevas plantas a Minerva podría poner al sector primario en una posición de mayor vulnerabilidad frente al poder de negociación industrial.

Para los trabajadores y trabajadoras del sector, que enfrentan una crisis de empleo sin precedentes, este fallo alerta sobre los posibles efectos indirectos: si partes de la operación se apelan, si cambian de dueños algunas plantas, si surgen reestructuraciones o ajustes, entre otras preocupaciones.

El proceso sigue abierto, aunque con la negativa firme de la CPDC, que ha dejado claro que, al menos por ahora, la concentración de poder económico en sectores estratégicos no avanzará sin resistencia ni control.