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Con César Fernando López
La falacia del emprendedurismo

Una reforma laboral a la medida del FMI y los empresarios

César Fernando López, presidente de la Federación Sindical Independiente de los Trabajadores y Trabajadoras del Ecuador (Fesitrae), analiza la situación que se avecina si el gobierno de Lenin Moreno atiende las exigencias del Fondo Monetario Internacional para la concesión de un préstamo de 4.200 millones de dólares.

El FMI pone como condición para el crédito que Ecuador realice una reforma que atenta contra la estabilidad laboral, la libertad sindical y otros derechos conquistados por la clase obrera, como la jornada de 8 horas.

-¿Cuáles son los principales cambios que impone la reforma laboral?
-Uno de los principales serían las horas de trabajo diarias. El proyecto de reforma propone que las 40 horas semanales que hacemos en 5 o 6 días pasen a hacerse en tres, lo que implicará jornadas de 10 o 12 horas para poder cumplir con las 40 horas por semana.

También se busca reducir el salario básico nacional a la mitad y quieren reducir la indemnización por despido, sin considerar los años trabajados y de aportes.

El proyecto pretende un tope de apenas tres salarios básicos de indemnización, con lo que un obrero con 15 o 20 años de antigüedad en una empresa cobraría apenas tres salarios si es despedido.

Busca además eliminar beneficios que garantizan el libre ejercicio de la sindicalización, como la indemnización extra que reciben los dirigentes sindicales si son despedidos.

Por otra parte las empresas están reduciendo cada vez más las plantillas laborales, recargando de tareas a los trabajadores y trabajadoras que permanecen.

Para los desempleados el gobierno ofrece planes para emprendedores, es decir una asesoría para que inicien un negocio personal, como vender sándwiches en una esquina. Eso ya te convertiría en un emprendedor, aunque no tengas seguridad social ni ningún tipo de beneficio.

En resumidas cuentas lo que para nosotros es trabajo informal para ellos es emprendimiento.

-¿Cómo afecta la reforma a los sindicatos?
-Este proyecto también modificaría la modalidad de contratación.

Actualmente, la legislación contempla un período de prueba de tres meses, y una vez superado ese plazo el trabajador pasa a ser contratado automáticamente.

De aprobarse la reforma, se generalizarían los contratos ocasionales de un año, con posibilidad de extenderlos a dos, lo que atenta directamente contra la estabilidad laboral.

Esta modalidad de contratos promueve una alta rotación de personal, lo que dificulta que los trabajadores y las trabajadoras se organicen sindicalmente.

A esto se suma un mercado atiborrado de microempresas, que no son otra cosa que una empresa grande dividida en muchas chicas, creadas para evitar la agremiación masiva de trabajadores.

Este proyecto de Código Orgánico Integral de Trabajo contiene disposiciones que son inconstitucionales y si bien el movimiento sindical ecuatoriano está atomizado en diferentes frentes, hay unanimidad en el rechazo a este proyecto.

Así se lo hicimos saber al gobierno el 1 de mayo, cuando el pueblo masivamente salió a las calles a manifestarse contra esta reforma.

El presidente Lenin Moreno firmó un decreto que estipulaba que el 1 de mayo se trabajaría hasta el mediodía para que luego los trabajadores pudieran celebrar su día.

De manera unitaria todas las centrales obreras enviamos una nota al presidente en la que expusimos que con decreto o sin él comenzaríamos las celebraciones del Día Internacional del Trabajador a las 8 de la mañana.

Esta medida hizo que diera marcha atrás en su primera disposición y el 30 de abril firmara un nuevo decreto que permitía las celebraciones.

Dos por uno

-El proyecto está en consonancia con otros en la región como Brasil y Argentina que promueven reformas en la legislación laboral y en la Seguridad Social.
-Sí, sin dudas. La diferencia es que acá en Ecuador la reforma de la seguridad social está incluida en un mismo proyecto.

De los 30 años de aportes y 60 de edad necesarios actualmente para jubilarse, la reforma propone 35 años de servicio y 65 años de edad para todos, hombres y mujeres.

Hoy los aportes para la seguridad social se dividen en 11,5 por ciento para los empleadores y 9,5 por ciento para los trabajadores. La reforma pretende igualar el aporte en 12 por ciento.

A esto se suma que el presidente del Instituto de Seguridad Social está diciendo que hay que rebajar las jubilaciones ya existentes y que, si no se reforma, para 2022 el sistema colapsará.

En este escenario estamos.