El nuevo gobierno de la mayor provincia del país, parte del corazón sojero argentino, decidió además conformar una mesa multisectorial que elaborará un protocolo para el uso de plaguicidas en la zona.
En la mesa habrá en primera instancia representantes de las universidades, del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas y del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, y en una segunda fase de productores de la zona.
La resolución de Vidal, tomada en diciembre de 2018, permitía las fumigaciones en “lotes contiguos al área urbana, zona residencial, área de población, márgenes de cursos de agua, establecimientos educativos, áreas de esparcimiento y reservas naturales”.
Fueron tales las protestas, consigna en su edición de este lunes 10 el diario Página 12, que un mes y algo después el gobierno provincial suspendió su aplicación por un año, un plazo que vencía la semana próxima.
El ministro de Agroindustria de Vidal era Leonardo Sarquis, un ex gerente de la filial argentina de la transnacional Monsanto, fabricante de agrotóxicos a base de glifosato.
“Es imperioso que se ponga en agenda un marco regulatorio para las fumigaciones”, dijo el domingo 9 el Defensor del Pueblo de Buenos Aires, Guido Lorenzino.
Otra buena noticia para la provincia, también divulgada por Página 12, es el comienzo de la producción de un fertilizante “100 por ciento orgánico” ideado por cuatro jóvenes de la ciudad de Tandil.
Se llama Biocuno y es elaborado a partir de melaza, suero y bosta de vaca fermentados en un medio líquido que contiene ceniza y harina de roca, informa el diario.
Los jóvenes, hoy universitarios, lo concibieron en 2016, cuando estudiaban de un liceo técnico de su ciudad, y lo experimentaron durante cuatro años.
Uno de ellos, Agustín Molina, dijo que Biocuno apunta a “nutrir, recuperar y reactivar la vida del suelo”, así como a “fortalecer la fertilidad de las plantas y estimular la protección de los cultivos contra el ataque de insectos y enfermedades, todo sin dejar residuos tóxicos”.
“Es nuestro granito de arena para combatir toda la problemática ambiental que hay por la degradación de suelo”, explicó.
En las antípodas de los productos de Monsanto y de las otras empresas “biotecnológicas” que hoy se venden como “verdes”.