De ellos, 28 integran listas internacionales que los sindican como “extremadamente tóxicos”.
Allí figura el Basffoi, fabricado por Basf, uno de los gigantes del sector, fue encontrado responsable de la intoxicación, en 2013, de 1.068 personas, 59 de las cuales murieron, según recuerda la página web brasileña Olho nos ruralistas el 1 de abril.
Sólo en el mes de marzo, el Departamento de Sanidad Vegetal e Insumos Agrícolas dispuso la liberación de 35 agrotóxicos, seis de ellos “extremadamente tóxicos”, al estar incluidos en la calificación más alta por su grado de nocividad, la clase I.
Una de las empresas favorecidas es la transnacional Syngenta, que podrá vender en Brasil su producto Switch, a base del fungicida cyprodinil, uno de esos agrotóxicos clase I, que será utilizado en el tratamiento de soja, algodón, girasol y frutas.
Esbirros de esa compañía fueron encontrados culpables, en diciembre pasado, del asesinato del campesino Valmir Mota de Oliveira y del intento de homicidio de la militante sin tierra Isabel Nascimento de Souza. Los guardias vigilaban el acceso a una planta de experimentación con transgénicos de Syngenta.
Otra compañía estadounidense, la Albaugh Agro Brasil Ltda podrá vender en el país sudamericano un producto elaborado a partir del 2,4-D, uno de los principios activos del “agente naranja”, que tantas vidas destruyó durante la guerra de Vietnam.
El 2,4-D ha sido prohibido en numerosos países pero en Brasil ya está siendo empleado, como detectó recientemente un estudio encargado por el Ministerio Público de Santa Catarina que analizó el agua de tres municipios de ese estado.
La lista de agrotóxicos liberados abarca al Piriproxifem, utilizado para combatir plagas en el medio rural y el urbano que en 2016 investigadores argentinos vincularon a casos de malformaciones congénitas en niños.
Una empresa brasileña, Nortox SA, acusada de casos de envenenamiento de indígenas en Mato Grosso do Sul, podrá vender productos fabricados en base a Piriproxifem.
Y la lista de productos nocivos autorizados y de empresas nacionales y extranjeras favorecidas sigue: la integra igualmente el Clorpirifós, un insecticida fabricado por la india Gharda Chemicals prohibido el año pasado por la justicia de Estados Unidos por su incidencia en enfermedades como el cáncer cerebral, especialmente en niños.