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Jugar al diésel con las elecciones

Los camioneros mostraron su poder. Pocos días después de la protesta, comenzó la falta de combustible, el precio de los alimentos subió, los medicamentos desaparecieron de los estantes. Temer decidió llamar de nuevo a los militares, creando un hecho político mayor.

Antes de la decisión del presidente, la crisis del combustible tendía a convertirse en el eje de la precampaña electoral. Por lo tanto, cualquier aplicación del Gobierno sufriría desgaste, porque a pesar de que la intervención de las fuerzas de seguridad ahuyente el caos, difícilmente al Planalto se le perdonará por dejar que la situación llegara donde llegó.

A la derecha del gobierno, Jair Bolsonaro (PSL), ha publicado vídeos en apoyo del movimiento de huelga. Por otro lado, hay fotos, en internet, de camioneros paralizados, pidiendo intervención militar.

Parece contradictorio, pero cierta radicalización reivindicativa combina con la fantasía de que una autoridad fuerte sea capaz de resolver por encima de todo.

Evitando compromiso con la paralización, los candidatos más al centro buscaron mostrar moderación. Geraldo Alckmin (PSDB) piensa que se “carecía de diálogo” y defendió aumentos del diésel espaciados y predecibles. En la misma línea, Marina Silva (Red) criticó al Ejecutivo por no anticiparse a los hechos.

Al otro lado de la valla ideológica, Ciro Gomes (PDT) dice que la política de precios de la Petrobras es contraria a su razón de ser, que es servir a los intereses del país, no al de sus accionistas.

Llegó a decir que la compañía sería reestatizada si ganaba la elección. La nota del PT, cuyo candidato está preso en Curitiba, va un poco más lejos, declarando que la protesta era “justa”, después de 229 aumentos de precio en dos años.

Guilherme Boulos (PSOL) también dio solidaridad a los camioneros, pero sin mencionar, como hicieron los petistas, que grandes empresas de transporte “se aprovecharon del movimiento para realizar un lock-out”.

El candidato más a la izquierda tampoco se ocupó de alertar sobre la posibilidad de “aventuras autoritarias”, lo que consta del texto emitido por los partidarios de Lula.

En condiciones normales, el electorado tendería a elegir aquel a quien identificara con mayores posibilidades de, en el futuro, evitar situaciones como ésta. En el contexto actual, los desdoblamientos son imprevisibles.

Teniendo en cuenta lo que he escrito en esta columna, debo señalar que la detención del ex gobernador de Mina Gerais empieza a equilibrar el triste saldo de las penas impuestas por los tribunales a los tres partidos mayoritarios en el país.

La inclusión de tucanos* en la lista de detenidos, en el que sólo había PT y emedebistas**, parece ser parte de una búsqueda de legitimidad que se acentuó por el encarcelamiento de Lula.

Vamos a ver hasta dónde llega.

 


NdelE:
*Se les denomina a los miembros del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB)
**Relativo al Movimiento Democrático Brasileño