Hace más de cien años Manuel Gonzales Prada, pensador, poeta y anarquista peruano, definía de modo categórico la corrupción imperante en el país: “Donde se pone el dedo, salta el pus”.
Podríamos citar está misma máxima para representar la situación en Brasil, salvo que allí el pus brota sin la necesidad de meter un dedo.
El descaro oficial y su frenesí mafioso han hundido al país en una marea de corrupción tan desopilante que no tiene precedentes.
Entre los parlamentarios libres de culpa y protagonistas de múltiples batallas contra el “delito de lesa-patria” que una mayoría inescrupulosa y voraz viene cometiendo, está Paulo Paim.
En su intervención ante la dirección de la Contratuh, el senador desarrolló una oratoria vibrante y muy aplaudida.
La Rel reproduce a continuación sus pasajes más notables:
“(…) Para mí es un honor estar en este acto. La Contratuh siempre estuvo en la trinchera por la defensa de los derechos laborales y su presidente Moacyr, que es un amigo de muchos años, muestra una vez más que no huye de la lucha aceptando el desafío de liderar esta confederación en los próximos cinco años.
También quiero saludar a la UITA por su labor en Brasil durante tantos años y en América Latina toda.
(…) Confieso que siento enorme indignación y rechazo con lo que está pasando en mi país. Es muy grave. En un año y medio, están logrando sacar de nuestras vidas lo que hemos conquistado a lo largo de muchas décadas, desde Getulio Vargas hasta hoy.
Con relación al impuesto sindical, yo nunca tuve problema en que se descontara de forma compulsiva. No entiendo por qué algunos, con discursos infantiles, pasaron a posicionarse contra del impuesto sindical.
A mi entender, es justo que los trabajadores puedan acceder a ese dinero para poder luchar. A favor de todos los trabajadores, urbanos y rurales.
¿Cómo se va a poder hacer política sindical sin recursos económicos?
Por eso, tengo el orgullo de decir que hace 9 años, cuando yo ya sabía cómo venían las cosas, aprobamos la contribución social para garantizar la existencia de los sindicatos. Ahora hay que exigir que la cámara lo apruebe, porque el Senado ya lo aprobó. Esperemos que no sea vetado.
Si ustedes, trabajadores y trabajadoras, necesitan de mí, estén seguros de que hablaré con cada diputado para que aprueben de una vez la contribución asistencial más que legítima para toda organización sindical.
También quiero decir que la reforma laboral que aprobaron fue un acto de enorme cobardía. Como ejemplo, citemos el del trabajo intermitente.
Ese maldito trabajo intermitente, donde el trabajador que labore apenas 17 horas por mes, o sea, 3 horas por día, terminará pagando a la seguridad social y quedará debiendo horas para jubilarse.
Otro ejemplo que me gusta mucho mencionar es el del trabajo autónomo exclusivo, que surge también de esta maldita reforma.
El empleador ha dicho siempre que de cada mil reales que paga al trabajador, otros mil reales van para el Estado en impuestos y tributos.
En el contrato autónomo exclusivo quien paga las contribuciones son los trabajadores.
Ahora imagínese que este trabajador o trabajadora gane mil reales por mes: pagará también mil reales de contribución a la seguridad social. O sea, ¿cuál será el salario del trabajador al final del mes? Cero.
Esa es la realidad vivida hoy por todos nosotros.
Como si fuera poco, ahora quieren aprobar la reforma de la seguridad social. Y la propaganda mentirosa que vehiculan en la televisión, usando a artistas famosos, dice que nadie va a perder nada con esa reforma.
¿Cómo que no van a perder nada, si una mujer que antes se jubilaba con 30 años de contribución ahora va a precisar de 40 años? Y si se jubilan por edad, el hombre se jubilará con cinco años más y la mujer con siete años más.
¿Cómo que no pierden nada?
Obviamente, los trabajadores rurales también se verán profundamente afectados.
Cuando concluí los trabajos de la CPI de la seguridad social, percibí que si no hubiesen desviado el dinero para otros fines, hoy tendríamos en las arcas de esa dependencia del Estado unos 4.000 billones de reales, tomando sólo 20 años.
La CPI mostró que anualmente se retiran unos 30.000 millones de reales del trabajador que no van a la seguridad social.
En la CPI llamé a los mayores deudores de todas las áreas, entre ellos a frigoríficos y bancos, ¿y saben lo que me dijeron? “Debo, no lo niego, pero tampoco pago”. Y ahí después viene el Congreso y les perdona sus deudas”.
Por eso voy a decir acá una cosa a Michel Temer: tenga un mínimo de decencia y saque sus garras de la seguridad social, que no es suya ni de los banqueros sino del pueblo brasileño.
Vamos a tener mucho trabajo por adelante. Independientemente de mi edad, me encuentro totalmente preparado para dar combate. Y ellos lo saben.
Intentaron aprobar la semana pasada un artículo vergonzoso para eliminar el derecho a las cuotas laborales para personas con discapacidad. Tuvimos que hacer mucho ruido y no lo aprobaron.
Pretendieron aprobar el artículo en varias oportunidades y no lo permití. Y les dije que, en Navidad, cuando estén cenando con sus familias, recuerden todo lo que hicieron contra el pueblo brasileño, sea en la reforma laboral, sea con el retorno del trabajo esclavo, sea ahora mismo con ese proyecto que quiere disparar y sacrificar a las personas con discapacidad.
No disparen cobardemente contra las personas con discapacidad. ¡Dispárenme a mí! ¡Vengan! ¡Dispárenme! ¿Pero, contra las personas con discapacidad? Eso es un crimen contra la humanidad.
Para concluir, sepan que no tienen los 308 votos necesarios en la Cámara de Diputados, ni los 49 del Senado para aprobar la reforma del a seguridad social. Y no servirá obtener los votos con propina, porque esa reforma no pasará.
Apenas trabajan dos días, porque todos sabemos que allá solo trabajan martes y miércoles. Y quiero ver si en estos dos días van a lograr los votos suficientes para terminar con la jubilación del pueblo brasileño, entregando además ese patrimonio económico a la iniciativa privada.
Quiero ver a diputados y a senadores votar esa reforma y después pedir en las calles el voto de los trabajadores.
Mis felicitaciones a la CNBB (Conferencia Nacional de Obispos de Brasil), que en todas sus iglesias va a denunciar quiénes votaron a favor de esa reforma, haciendo campaña para que esa reforma no pase, informando quiénes son los traidores a su pueblo.
Espero que todas las iglesias se unan para informar a sus fieles sobre quiénes son los que votaron para que nunca más retornen al Congreso Nacional.
¡La revolución mayor de quienes estamos por la paz y por la democracia es la revolución del voto!
¡Tu arma, tu voto!
Se trata sólo de votar a hombres y mujeres que representan a nuestro pueblo y a nuestra gente. No a quienes sirven a banqueros y empresarios.
Llegó la hora de cambiar el Congreso y el Ejecutivo, de elegir un presidente decente, una mayoría decente en el Congreso Nacional, porque esta mayoría es indecente.
Ellos saben que son indecentes. Lo saben.
Y nadie va a callarnos. Si la dictadura no nos calló, menos aún un gobierno que no logra ni dos por ciento de apoyo de la población.
Compañeros y compañeras: en 2018 con más fuerza, de abajo para arriba,
¡Estamos listos para nuestra cosecha!
¡Larga vida al pueblo brasileño!
¡Pese a ellos, volveremos!