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Con Adolfo Tigreros

Donde se juntan los parias del sistema

Improvisaron tolderías en las proximidades de la terminal de ómnibus en Cali. Son cientos de venezolanos, hombres, mujeres y niños, esperando que alguien llegue con ropa o alimentos. De repente un auto para, una señora abre el baúl y comienza a repartir viandas plásticas con comida. Otro para más allá y la gente corre. Es ropa. “Está limpia”, enfatiza el señor que ve cómo su carga desaparece al instante. Entre los venezolanos hay varios colombianos corroídos por el abandono y la pobreza. En el centro de Cali hay un punto de encuentro de excluidos por la derecha y por la izquierda.

-Venezolanos que llegan a Cali y se encuentran con los nativos que tampoco tienen trabajo, ni oportunidades…
-Lo que reflejan estas escenas es el grado de explotación, tanto en uno como en el otro país, que produce la dominación.

En el caso de Colombia se trata de la dominación de una oligarquía íntimamente ligada a los negocios del imperialismo norteamericano, mientras que en Venezuela se debe a una política totalmente equivocada de los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, en cuanto a la visión que tienen del desarrollo económico de un país.

Por cierto en Venezuela no hay un desarrollo económico porque se privilegió más la imposición de un Estado aparentemente benefactor que vive del recurso petrolero. Un Estado que políticamente acabó con la producción nacional y que no está en manos de trabajadores y campesinos sino de una burguesía nacional.

No entendieron este fenómeno y terminaron acabando con la producción nacional. Esta es la causa de la escasez que hay en Venezuela, sumada a la ausencia absoluta de políticas de promoción de la soberanía alimentaria.

-En el caso colombiano la economía vela por dar más beneficios a las transnacionales y los tratados de libre comercio que acogotan al campo, a la pequeña y mediana empresa, como bien se ve aquí en el Valle del Cauca…
-Han crecido los niveles de pobreza y es normal que así sea porque las zonas industriales de Yumbo, aquí muy cerca, considerada una de las más desarrolladas de Colombia, hoy es un cementerio de fábricas.

Los miles de empleos que se han perdido repercuten sobre las condiciones de vidas de estos desempleados y sus familias. Ahora la mayoría de la población vive del rebusque porque ya no hay empleo en el sector industrial, ni en la pequeña y mediana empresa, ni en el sector agrario, como tú lo señalas.

Aquel granero, esta pobreza

El Valle del Cauca era la despensa agrícola de Colombia. Hoy solamente hay caña de azúcar y lo más contradictorio es que también este rubro corre serios peligros.

Colombia ingresó a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), llamada el “club de los países ricos”, instancia controlada por Estados Unidos. Desde este espacio se presiona a los países para que reduzcan a cero los aranceles y para que el Estado deje de ayudar y fomentar la producción agrícola nacional “porque distorsiona el negocio”.

Con estos argumentos han venido presionando al gobierno para que reduzca los aranceles y acabe con el Fondo de Estabilización de Precios del Azúcar (FEPA), mecanismo de protección del mercado del azúcar en Colombia.

El día que esto ocurra dejará de ser rentable producir azúcar y el verdadero negocio será importar el producto.

-Lo que hemos visto al lado de la terminal es un punto de encuentro de parias del sistema capitalista.
-Indudablemente. Lo que hay en Colombia es pobreza, falta de oportunidades, falta de producción.

El libre comercio es eso: acabar con la producción de alimentos de un país para poder exportar los excedentes del capitalismo.

Estados Unidos es un país de 330 millones de habitantes y produce comida para más de 1200 millones.

Entonces el libre comercio sirve justamente para exportar excedentes con el apoyo de los organismos comerciales y financieros internacionales. Estas políticas se traducen para los países del Sur en más deuda externa, que en Colombia significa el 40 por ciento del presupuesto nacional.

Esta es la causa del desempleo y la pobreza. En Colombia, de un total de 50 millones de habitantes 24,5 millones forman parte de la Población Económicamente Activa (PEA).

De ellos, cerca de 3 millones no tienen trabajo y 14 millones viven del rebusque y no tienen ningún tipo de prestación social, ni de seguridad social. Menos de 7 millones son las personas que cotizan al sistema de seguridad social.

-Un panorama desolador, aunque la solidaridad que observamos del pueblo colombiano nos lleva a pensar que no todo está perdido…
-Es natural que los colombianos sean solidarios con los venezolanos. La crisis en Venezuela se agudizó hace unos 6 años y en esta época había unos 5 millones de colombianos trabajando en el vecino país, que se marcharon en masa cuando el boom petrolero.

Hoy en día se da a la inversa: miles de venezolanos huyen del hambre y aquí los tenemos.

¿Cómo no ser solidarios con ellos? ¿Cómo no retribuir la mano que nos dieron en su momento?