“Sombras son la gente
Plantación adentro camará.
Es donde se sabe la verdad.
Es donde se aprende la verdad.
Dentro del follaje.
Y de la espesura.
Donde todo viaje.
Lleva la amargura.
Es donde se sabe camará.
Es donde se aprende la verdad…”.
(Tite Curet Alonso)
Llegan arrastrando miserias. Lejos su patria, pero más lejos, distante y ajeno sienten al Estado nicaragüense, un instrumento al servicio de las élites dominantes.
Llegan a los cañaverales de Costa Rica, a unos 200 kilómetros de la capital y a 200 años de la idea de estado republicano.
Llegan y se van maldiciendo su destino, testimonios de la explotación y el desamparo binacional por derecha y por izquierda.
Un sindicato liderado por dos mujeres, llena de dignidad y rebeldía la sabana verde donde la esclavitud tiene su nido de serpientes.