Que en los hoteles que externalizan servicios las camareras ganan hasta 40 por ciento menos; que estas trabajadoras no tienen los mismos derechos que el resto del personal; que eso no abarata el precio que usted paga por su habitación.
Estas son algunas de las simples preguntas que hace una camarera española a los usuarios de hoteles y que revela la precariedad laboral de este colectivo golpeado por una externalización feroz.