-Antes que nada, quisiéramos saber cómo estás…
-Ya estoy gozando de mi libertad y de mi familia, aunque no puedo olvidar que fui acusado injustamente. Este primer día ha sido una mezcla de emociones. Fui a visitar la tumba de mi abuelo. Su muerte me dolió mucho y ni siquiera me permitieron despedirme de él.
-¿Qué es lo que queda de esta experiencia?
-Me queda la tristeza de haber sido imputado por algo que no fue así. Todo fue sobredimensionado. Fue atroz lo que me hicieron y el sistema de justicia contribuyó a todo eso.
-Ahora a recuperar tu vida…
-Seguro. En este momento quiero disfrutar del calor de la familia. Luego vendrá el momento de salir, de las amistades, del compromiso, de retomar mi vida.
Resalto el trabajo que hace la Rel UITA, porque siempre vela por los intereses y los derechos de las personas pobres, humildes, trabajadoras en el mundo.
Es un trabajo de incidencia importante y le agradezco mucho por todo el apoyo que me ha brindado.
¡Por fin estoy libre!