La actitud de Unión de Cervecerías Peruanas Backus y Johnston SAA, propiedad de la transnacional Anheuser Busch InBev (AB InBev) hacia sus trabajadores es cada vez más agresiva. Después de tercerizar el servicio de televenta, reducir drásticamente el personal administrativo y vulnerar derechos adquiridos del personal de producción, Backus AB InBev tiene ahora el ojo puesto en el área comercial.
Tras la adquisición de la empresa, AB InBev decidió segregar el patrimonio de Backus en dos bloques patrimoniales y transferirlos a dos nuevas sociedades: Backus Marcas y Patentes SAC y Backus Servicio de Ventas SAC.
El nuevo plan financiero estaría apuntando a reducir costos a través de fuertes recortes de personal e integración de plantas. Además, conllevaría un recorte drástico de las utilidades de los trabajadores.
En junio del año pasado, más de 400 trabajadores del servicio de televentas fueron transferidos a Backus Servicio de Ventas.
Dos meses después, la subsidiaria de AB InBev en Perú anunció el cierre de la empresa, la tercerización del servicio y el despido disfrazado de “renuncia voluntaria” de todo el personal.
Asimismo, cerca de 500 trabajadores del sector administrativo ya habían presentado su renuncia.
De acuerdo con las organizaciones sindicales de Backus Ab InBev, serían casi 1.500 las y los trabajadores que en menos de un año han perdido el empleo.
Todo apunta ahora a que la oleada tercerizadora disfrazada de “reestructuración” y “cambio del modelo de venta” golpeará el área comercial, donde se concentra la mayoría del personal organizado.
El pasado 11 de abril, mientras los trabajadores de producción iniciaban un exitoso paro nacional, la transnacional retenía contra su voluntad a todo el personal de los centros de distribuciones a nivel nacional, coaccionándolos a firmar su renuncia inmediata.
Backus AB InBev ofrecía a cambio el pago de una cantidad equivalente a 24 mensualidades, es decir el doble del tope de cesantía.
“Los trabajadores fueron secuestrados en los centros de distribución. Ni siquiera pudieron salir a comer. La orden de la empresa fue: nadie sale hasta que firme su renuncia”, dijo a La Rel, Walter Lozada, secretario general del Sintraincer1.
Unos cedieron al chantaje, pero la mayoría se mantuvo firme y rechazó la propuesta.
El abuso fue denunciado de inmediato ante las autoridades del trabajo, las cuales mandaron inspectores a dos de los cinco centros de distribución, constatando la grave violación cometida por la empresa.
A los trabajadores que no aceptaron renunciar al puesto de trabajo, la empresa los mandó de vacaciones por un mes.
“Es un acto unilateral y un nuevo abuso de poder de parte de Backus. Es una nueva forma de presionar, bajar la moral y destruir la autoestima del trabajador”, advirtió Lozada.
El secretario general del Sintraincer explicó que el objetivo de la transnacional es seguir tercerizando para reducir costos y así recuperar rápidamente lo invertido en la compra de Backus.
“Si la empresa quiere aportar cambios debe hacerlo sin afectar al personal que, año tras año, ha producido riqueza y ha hecho que esta empresa sea una de las más grandes e importantes de Perú”, dijo Lozada.
“Rechazamos estos despidos encubiertos, así como la manera ignominiosa con que AB InBev trata a los trabajadores. No nos interesan los incentivos para renunciar al empleo, porque lo más importante es el puesto de trabajo”, concluyó.
1- Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Cervecera y Afines del Perú
Fotos: Sintraincer