En vísperas de su asesinato, monseñor Romero hizo un dramático llamado a los soldados a desobedecer órdenes de disparar contra el pueblo: “Una ley inmoral nadie tiene que cumplirla, ante una orden de matar que dé un hombre, debe prevalecer la orden de dios que dice no matar”.
Al anochecer del 24 de marzo de 1980, Romero fue abatido por un francotirador mientras oficiaba misa en la capilla del hospital Divina Providencia, en el norte de San Salvador.
Ese asesinato hizo estallar la guerra civil en El Salvador, que duró 12 años (1980-1992) y cobró la vida de al menos 75.000 personas.
Imagen: Mural de Rafael Varela en el Aeropuerto Internacional de San Salvador (Foto: Gerardo Iglesias)
Video: Allan McDonald – Rel-UITA