Se vende un país
Ante el anuncio de una avalancha de inversiones extranjeras
Sin condiciones, no, gracias
Desearía que los latifundistas nacionales y extranjeros invirtieran más en Paraguay. Es lo menos que podrían hacer en agradecimiento a esta tierra generosa que siguen usufructuando. Pero si una inversión no cumple ciertos requisitos se convierte en una explotación más.
Bienvenidas las inversiones extranjeras que anexen valor a la producción nacional, que ahora se está vendiendo en bruto al mejor postor, y sean respetuosas del ambiente, los derechos humanos y permitan el desarrollo de una vida digna para sus trabajadores y trabajadoras.
Todo inversionista quiere ganar cada día más, pero todo trabajador necesita, también, ganar más para tener una mejor calidad de vida.
Si esas cosas se cumplen, bienvenidas. Si no, no queremos esas inversiones.
Se vende un país
El problema de las inversiones extranjeras nace en el mismo marketing que se hace para que vengan. Circulan por el mundo estas frases: “El pueblo paraguayo no tiene trabajo y aguanta todo con tal de ganar algo”, “en Paraguay no hay que pagar seguro social, ni jubilación, ni tolerar la presencia de un sindicato”.
Y lo peor es que ese es el lenguaje de muchos de los políticos, que se embolsaron buenos miles de dólares por la mentira.
Tenemos un Estado dominado por la patria sojera, por la patria ganadera, por la patria empresarial y por la mafia (esta no tiene patria). Y muchos de los políticos les rinden vasallaje con tal de que les den coimas e impunidad.
Tenemos un Estado achicado, el ideal del neoliberalismo.
Muchos paraguayos, entre los que me encuentro, disentimos con este sistema.
Este escrito habría que leerlo muchas veces, ahora que dicen que van a venir muchas inversiones.
Foto: infosur HOY