Uruguay | AMBIENTE | AGUA

Promesas, alertas y disputas ambientales por el uso del agua y la tala de bosques nativos

Agua por tomar

Uruguay proyecta posicionarse como un actor estratégico en la producción de hidrógeno verde, con seis proyectos en carpeta y una estimación de generar más de 30.000 empleos y exportaciones anuales por 1.900 millones de dólares hacia 2040.

Luciano Costabel – Rel UITA

7 | 7 | 2025


Foto: El Zumbido.uy

No obstante, el avance de las iniciativas más ambiciosas, encabezadas por HIF Global en Paysandú y Enertrag en Tacuarembó, enfrenta crecientes reparos ambientales y sociales.

El uso intensivo de agua, la tala de monte nativo y la falta de información detallada sobre los impactos locales han generado un debate que trasciende lo técnico y se adentra en decisiones de política pública, gestión de recursos naturales y legitimidad social.

De la hoja de ruta a los proyectos en curso

La Hoja de Ruta del Hidrógeno Verde y sus derivados, aprobada durante la anterior administración del Partido Nacional, delineó una estrategia de tres fases con horizonte en 2040. Plantea ampliar la infraestructura energética, establecer incentivos y generar un marco regulatorio para atraer inversiones.

Apoyada en ventajas comparativas como una matriz eléctrica renovable, disponibilidad de dióxido de carbono biogénico para combustibles sintéticos, buena logística y abundantes recursos hídricos.

De este proceso surgieron seis proyectos: dos con enfoque en el mercado interno (Ventus, Fidocar, Saceem, CIR, Fraylog) y cuatro destinados a exportar combustible sintético (e-metanol) y amoníaco (HIF Global, Enertrag, Alfanar y otros capitales).

Los de HIF Global y Enertrag están más avanzados y generan las mayores expectativas, pero también los mayores cuestionamientos.

HIF en Paysandú

El megaproyecto de HIF Global prevé una inversión de 6.000 millones de dólares para producir anualmente 180.000 toneladas de gasolina sintética y 100.000 de hidrógeno verde. Se instalaría cerca de la planta de ALUR, de la cual tomaría parte del CO₂ necesario, y usaría agua del río Uruguay.

La empresa proyecta además dos parques de energía renovable —uno solar de 1.500 ha y otro eólico con 158 aerogeneradores— y ya cuenta con habilitación de la Dirección Nacional de Aguas para extraer más de 1,5 millones de m³ anuales hasta 2034.


Foto: Difusión
El 27 de febrero, la Junta Departamental de Paysandú aprobó la recategorización de dos padrones rurales —unas 440 hectáreas— para permitir la instalación del complejo industrial, a pesar de los informes técnicos del Ministerio de Ambiente que advertían sobre la posible tala de 100 hectáreas de monte nativo ribereño, en una zona próxima a ingresar al Sistema Nacional de Áreas Protegidas.La decisión fue cuestionada por organizaciones sociales, la filial local del a central obrera PIT-CNT y ediles del Frente Amplio en el departamento.Además, la ubicación del proyecto frente a la ciudad argentina de Colón encendió alertas en Entre Ríos.

El gobernador entrerriano Rogelio Frigerio se reunió con autoridades uruguayas, incluyendo al presidente Yamandú Orsi y al canciller Mario Lubetkin, para expresar inquietudes ambientales.

El tema generó repercusiones en la prensa argentina y se temen conflictos similares a los generados en el pasado por las plantas de celulosa.

Crece el rechazo social

Diversas organizaciones de Paysandú, nucleadas en la Intersocial, impulsan una campaña para declarar reserva natural a los padrones afectados por el proyecto.

La iniciativa ya superó las 6.000 firmas, en camino a un referéndum departamental.

También reclaman protección para las islas San Francisco Grande y Chica, y denuncian que el proyecto no se trata simplemente de una planta de hidrógeno, sino de una refinería de combustibles sintéticos de gran escala.

Durante la marcha del Día Mundial del Agua (22 de marzo), se repitieron consignas como “No al hidrógeno verde, es combustible para los ricos”, apuntando a que los beneficios serán para empresas transnacionales, mientras los impactos recaerán en las comunidades locales.

El premio Nobel argentino Adolfo Pérez Esquivel expresó su respaldo a los reclamos sociales, señalando que la iniciativa podría alterar el equilibrio ambiental de la región.

Enertrag y el debate por el agua subterránea

El segundo gran proyecto en análisis es el de la alemana Enertrag, que busca producir 13.000 toneladas de hidrógeno verde y 70.000 de metanol por año en Tambores, Tacuarembó.

A diferencia de HIF, utilizaría agua subterránea del acuífero Guaraní. El 31 de diciembre de 2024 presentó la solicitud de autorización ambiental previa, pero en febrero el Ministerio de Ambiente detectó inconsistencias importantes: la empresa reportó una demanda de agua seis veces superior a la inicialmente estimada (de 700 a 4.400 m³ diarios), sin justificar el cambio.

Tampoco detalló los pozos a utilizar ni el consumo por etapa de producción.

La doctora Paula Collazo, geóloga e investigadora de la Universidad de la República, cuestionó en un artículo publicado en el semanario Brecha el uso de uno de los acuíferos de mejor calidad del país para fines industriales.

Recordó que el volumen de agua proyectado equivale al consumo total de Tambores y alertó que “la mitad de los pozos que extraen agua subterránea no están registrados”. Para Collazo, se necesita una gestión integral del recurso que permita monitorear el descenso de niveles y evitar una sobreexplotación silenciosa.

“El conocimiento lo tenemos, lo que falta es su gestión”, concluyó en el mencionado artículo.


Foto: Miguel A. Oliveira
Una industria en disputa

Los proyectos seguirán su curso en evaluación ambiental, pero el debate trasciende lo técnico. ¿Cuál será el destino de los principales acuíferos del país? ¿Qué modelo de desarrollo se está impulsando? ¿Se está protegiendo adecuadamente el medio ambiente?

En la Primera Jornada Académica sobre Hidrógeno Verde, Ramón Méndez, ex director nacional de Energía, lo resumió así: “En el siglo XXI, la geopolítica energética estará marcada por los países productores de hidrógeno y los que dependerán de su importación. ¿De qué lado queremos estar?”.

¿Pero es esa la pregunta? Víctor Bacchetta, periodista de investigación y referente en temas ambientales en Uruguay, aseguró a La Rel: “además de estar erróneamente enfocado como camino para efectuar la alegada transición energética, lo del hidrógeno verde es un cuento completo.

Lo que se ha logrado en energías renovables no se está usando para sustituir a las fósiles, sino que se está sumando al crecimiento del consumo, que no ha parado y no tiene perspectivas de hacerlo”.

Por lo visto, el camino del hidrógeno verde no será solo técnico ni económico: será, sobre todo, político.