Bayer, dueña de Monsanto, fabricante de ese herbicida producido a base de glifosato, había recurrido el fallo de primera instancia de un tribunal de distrito argumentando que ningún estudio prueba la nocividad del glifosato y que no se había establecido vínculo entre el Roundup y el linfoma no Hodgkin, un cáncer que surge en los linfocitos, que se le declaró a Hardeman en 2015.
La respuesta de la corte de California, emitida el viernes 14, fue contundente: “la evidencia mostró que el riesgo cancerígeno del glifosato era conocido al momento de la exposición de Hardeman” y que el Roundup sí fue el causante de la enfermedad del agricultor ahora jubilado.
Recordó además que “desde 2015, miles de víctimas de cáncer llevaron a Monsanto ante los tribunales tanto estatales como federales” por motivos similares a Hardeman.
El fallo original se produjo en marzo de 2019, cuando Bayer, dueña de Monsanto desde el año anterior, fue condenada a pagar 80 millones de dólares al demandante. La suma se rebajó luego a 25 millones (20 millones por daños punitivos y 5 millones por indemnización directa).
Hardeman fue uno de los primeros agricultores en demandar a la transnacional. Poco antes lo había precedido Dewayne Johnson, también por un linfoma no Hodgkin, que contrajo por la aplicación constante de Roundup y Roundup Pro 30 veces al año, durante varios años, en los jardines de una escuela de los alrededores de San Francisco.
Por ese caso Monsanto fue condenada en primera instancia a pagar 288 millones de dólares. Los juicios luego se encadenaron y hoy son muchos más de 10.000 los agricultores estadounidenses que han llevado a la transnacional ante los tribunales.
Ayer Monsanto, hoy Bayer se declararon “decepcionadas” por los fallos de la justicia. La empresa alemana anunció el lunes 17 que irá hasta la Corte Suprema.
“Si la justicia es coherente perderán una vez más porque a estas empresas se les van cerrando las posibilidades de seguir tapando el sol con un dedo”, dijo uno de los abogados de Hardeman.