“Es claramente no razonable” para algunos no demandantes contra la transnacional atenerse a un acuerdo de ese tipo, determinó la semana pasada el juez estadounidense Vince Chhabria al negarse a validar el acuerdo, que sí era muy favorable para Bayer.
Lo que pretendía la empresa era hacer una provisión de fondos de “hasta 2.000 millones de dólares” por las demandas futuras que pudieran elevar en su contra personas que se consideraran afectadas por su exposición a productos como el herbicida Roundup, comercializado desde los años 1970 por la estadounidense Monsanto, adquirida por la alemana en 2018.
En junio pasado Bayer había llegado a un acuerdo por casi 11.000 millones de dólares para terminar con unas 125.000 denuncias, el 75 por ciento de las presentadas hasta ese momento en tribunales estadounidenses por el uso del Roundup y derivados.
La justicia invalidó parcialmente ese convenio, por sus implicaciones en cuanto a demandas futuras. De ahí la voluntad de Bayer de llegar a un nuevo acuerdo, que ahora el juez Chhabria desestimó por injusto con eventuales nuevos demandantes.
La enorme mayoría de los querellantes son agricultores que han desarrollado diversas enfermedades como consecuencia del uso y la exposición a los productos a base de glifosato.
En los tribunales presentan múltiples investigaciones que relacionan sus males con el Roundup y similares, entre ellas un dictamen de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud, que en 2015 declaró al glifosato como probable causante de cáncer en humanos.
Los bufetes de abogados de la transnacional aducen invariablemente la falta de pruebas contundentes, a pesar de que las demandas y los estudios se van acumulando en su contra.
Este mismo mes de mayo un tribunal de apelaciones de California confirmó una sentencia contra Bayer en el caso de un agricultor jubilado, Edwin Hardeman, diagnosticado en 2015 con un linfoma no Hodgkin, un tipo de cáncer linfático contraído precisamente por su exposición al Roundup.
Bayer había sido condenada en primera instancia, en 2020, a pagarle a Haneman, uno de los primeros demandantes contra Monsanto, unos 80 millones de dólares que después fueron rebajados a 25 millones. La transnacional de todas maneras apeló y dijo que el tribunal se había basado en suposiciones.
Pero perdió, como había perdido en juicios similares anteriores.
El glifosato sí fue el causante de la enfermedad de Haneman y Monsanto sabía los daños que su producto provocaba y a pesar de ello estafó a sus usuarios afirmando que era inofensivo, falló la corte californiana.