Reyes, de 77 años, líder histórico del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Bebida y Similares de Honduras (STIBYS), fue uno de los participantes en el encuentro extraordinario que mantuvo en Buenos Aires el sábado 8 el Comité Ejecutivo de la Federación Latinoamericana de Trabajadoras de Coca Cola en el marco de la 40 Reunión del Comité Ejecutivo de la UITA.
-¿Cómo resumiría la actual situación de Honduras?
-Quien dice ser presidente fue “reelegido” de manera fraudulenta. Se ha demostrado que está inmerso en la corrupción, los gastos que hizo para su campaña provinieron de dinero sustraído a varios organismos estatales, incluido el Seguro Social, que fue transferido a empresas fantasmas, y de éstas al partido oficialista.
Ese dinero le permitió a Juan Orlando Hernández comprar votos, comprar gente, ministros, jueces, militares.
Estados Unidos, que apoyó al anterior Ejecutivo y al actual, se está llevando sin embargo detenidos a varios funcionarios de esos gobiernos, porque ya no se podía ocultar su nivel de corrupción, un sistema en el que está inscrita la familia entera del propio Hernández.
La terrible situación humanitaria de la población ha hecho que la gente se vaya en masa. De ahí las caravanas de migrantes, de 9.000-10.000 personas, que huyen colectivamente del país.
El gobierno dice que es un invento de oposición, una manipulación, pero es otra mentira, es gente que espontáneamente se va. Nadie los empuja: no hay empleo, no hay tierras para trabajar, no hay de qué vivir.
Esto ha desnudado que aquello que decían los gobiernos posteriores a 2009 y Estados Unidos de que Honduras estaba bien y se vivía mejor que antes era absolutamente falso.
En la Convergencia Contra el Continuismo estamos tratando de aglutinar a los distintos sectores populares para luchar contra este régimen muy similar a una dictadura.
-¿El movimiento obrero ha logrado recomponerse de los ataques que ha venido sufriendo?
-Malamente. Es muy bajo el nivel de afiliación a los sindicatos, y la represión, combinada con leyes como la del Empleo Temporal por Hora, los ha debilitado.
Más de 25.000 trabajadores y trabajadoras han sido despedidos en estos últimos años del Estado y se están generalizando las tercerizaciones de la mano de los tratados de libre comercio firmados por el Estado hondureño.
En el sector de la bebida se está produciendo un caso escandaloso de tercerización laboral denunciado por STIBYS.
Involucra a tres empresas productoras y envasadoras, Coca Cola, AB Inbev y Pepsi, que establecieron un pacto con tres cadenas de supermercados (Wal Mart, Price Mart y La Colonia) para venta y distribución de estas bebidas a precios “especiales”.
Por ese pacto, justificado como un acto de “libre comercio”, los clientes ya no compran a los trabajadores de ruta formales de las tres empresas sino a los supermercados, afectando las fuentes laborales de más de 2.000 personas.
Los productos, además, ya no son fabricados en Honduras sino traídos desde El Salvador.
Todo esto es parte del modelo que se nos quiere aplicar, destinado a hacer del país un paraíso fiscal y laboral para los capitalistas.
Los sindicatos se están juntando para presentar reclamos comunes, pero el sindicalismo está siendo atacado desde todos los frentes.
Lo que está pasando se debe también a que el movimiento obrero no ha sabido atacar con sus bases a este sistema que nos está liquidando.
Tenemos que volver a la lucha de clases, recuperar una conciencia de clase que es básica para que no nos sigan inculcando que el actual estado de cosas es culpa nuestra y no del sistema que ellos han creado.