El agrotóxico nuestro de cada día

El agrotóxico nuestro de cada día
Las abejas –a esta altura ya debería ser conocido por todos– no sólo producen miel: cumplen una función fundamental en la producción de alimentos. Sin embargo, están desapareciendo como consecuencia de fenómenos evitables asociados a actividades humanas.
El plaguicida Firponil fue el responsable de la muerte de millones de abejas en Costa Rica. Lo determinó un informe oficial, que coincide con otros difundidos en Brasil por la Rel UITA y APISBio¹, donde el exterminio de esos insectos es ya un desastre nacional.
¿Quién nos cuida de la pandemia del agronegocio? Desde el corazón sojero de Argentina, un centenar largo de organizaciones sociales y campesinas lanzaron la pregunta para denunciar que ni siquiera la cuarentena obligatoria ha congelado las fumigaciones y enfatizan en la necesidad de promover la producción familiar y sustentable.
El gobierno anterior de la provincia de Buenos Aires, a cargo de la macrista María Eugenia Vidal, había autorizado a fines de 2018 fumigar con agrotóxicos en las cercanías de centros poblados y escuelas rurales.
El pasado 25 de enero se cumplió un año de la tragedia de Brumadinho, cuando el colapso de una represa de la minera Vale SA arrasó todo a su paso. El saldo fue de 270 fallecidos, la mayoría trabajadores de la empresa, y el impacto ambiental y económico para la comunidad fue devastador.
Michel Forst, relator especial sobre la Situación de los Defensores y Defensoras de Derechos Humanos de la ONU, denunció esta semana la persecución sistemática de que son objeto en Perú quienes defienden la tierra y el ambiente.
A vídeo-reportagem “Medo da Primavera – uma hecatombe em andamento”, que está sendo lançada na internet, teve sua pré-estréia durante o “Simpósio Internacional Sobre Mortandade de Abelhas e Agrotóxicos”, realizado no dia 28 de março na cidade de Mata, centro-oeste do Rio Grande do Sul.
Brasil es, desde 2013, el mayor consumidor de agrotóxicos del mundo, y esa condición la ha ido consolidando año tras año, sobre todo tras el acceso al gobierno de Jair Bolsonaro. En paralelo, los casos de cáncer en el país se han disparado y muchos de ellos obedecen precisamente a la exposición a los agrotóxicos.
Luxemburgo tiene esas cosas: es un paraíso fiscal, pero se da el lujo también de prohibir el glifosato, convirtiéndose en el primer país de la Unión Europea (UE) en hacerlo.