En aguas territoriales griegas, muy cerca de la isla de Creta, la misión humanitaria hizo una pausa. Será la última antes de emprender nuevamente el viaje de casi una semana hasta el destino final.

En aguas territoriales griegas, muy cerca de la isla de Creta, la misión humanitaria hizo una pausa. Será la última antes de emprender nuevamente el viaje de casi una semana hasta el destino final.
En una semana en la que expertos independientes llegaron a la conclusión de que lo que sucede en Gaza no puede ser calificado de otra forma que de genocidio y que un ministro israelí ratificó los planes de su gobierno para convertir al arrasado enclave en un balneario de lujo para millonarios.
“Es el mundo entero contra el genocidio”, dijo el activista brasileño Thiago Ávila el domingo, cuando los primeros barcos de lo que se espera sea una gran flotilla partían desde el puerto de Barcelona para intentar llegar a Gaza con ayuda humanitaria.
En momentos en que prepara una invasión a la Ciudad de Gaza que promete ser particularmente sangrienta, Israel continúa asesinando periodistas para impedir que se muestre lo que está sucediendo en tierras palestinas.
Dos meses de protesta “silenciosa” contra el genocidio en Gaza.
Los matan de hambre o los matan cuando van a las colas del hambre para hacerse de lo poquito de comida que les reparten organizaciones que se dicen de ayuda humanitaria.
Los libros sobre el genocidio palestino no abundan en América Latina. Papel y plomo, editado en Uruguay a fines del año pasado, es uno de los pocos que lo aborda.
El viernes 6, en el marco de la Conferencia Internacional del Trabajo (CIT), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) incorporó al “Estado de Palestina” como estado observador no miembro.
El Ayuntamiento de Barcelona aprueba una moción que veta contratos con empresas que colaboren con los crímenes en Palestina y blinda su puerto contra barcos armados rumbo a Gaza.
Con la apremiante situación que se vive en Gaza, donde Israel no sólo mantiene a cuentagotas el flujo de ayuda humanitaria, sino que dispara sobre civiles hambrientos, el embajador palestino ante la ONU Riad Mansur rompió a llorar en la Asamblea de Naciones Unidas.