La oficina de la Rel UITA fue, en los años más duros de la dictadura uruguaya, punto de encuentro de jóvenes trabajadores y trabajadoras que conformarían luego el Plenario Intersindical de Trabajadores (PIT), heredera de la Convención Nacional de Trabajadores (CNT), declarada ilegal y cuyos principales dirigentes estaban en el exilio, presos, desaparecidos o habían sido asesinados.
