El gobierno de Francia, uno de los países más afectados por la epidemia de coronavirus en Europa, ha incitado a recurrir al teletrabajo. Pero el COVID-19 está revelando la enorme “fractura digital” existente en la sociedad.

El gobierno de Francia, uno de los países más afectados por la epidemia de coronavirus en Europa, ha incitado a recurrir al teletrabajo. Pero el COVID-19 está revelando la enorme “fractura digital” existente en la sociedad.
Las calles de Francia volvieron a llenarse de manifestantes en los últimos días. Las protestas –contra la reforma del sistema de jubilaciones promovida por el gobierno de Emmanuel Macron– traducen un malestar social profundo que expresó también el movimiento de los chalecos amarillos, que en noviembre cumplió un año y busca un nuevo aire.
El juicio por la responsabilidad de la dirección de la empresa de telecomunicaciones France Telecom en el suicidio de decenas de sus trabajadores ingresó en su tercera semana.
Por primera vez en Francia, dirigentes de una de las empresas más importantes del país deberán responder ante la justicia por las consecuencias de su gestión de las relaciones laborales, que condujo a decenas de suicidios de trabajadores.
Vittel, una muy pequeña localidad de los Vosgos, es conocida en el mundo entero por su agua mineral. Pero el pueblo se está quedando literalmente sin agua y ha debido importarla para abastecer a sus 5.000 habitantes. Principal acusada por asociaciones locales: la transnacional suiza Nestlé.
Paul François se dice cansado pero decidido a que esta vez, la tercera que acude a un tribunal, sea la vencida y Monsanto se vea definitivamente obligada a indemnizarlo por los graves daños que le causó con su herbicida Lasso.
Actualmente en Francia los trabajadores son tratados como costos, gastos o recursos productivos, una violencia silenciosa de los ricos hacia los pobres.