Daniel Gatti

Daniel Gatti (Uruguay) - dgatti@real-uita.org

Daughter of a poisoned land

At almost 79 years of age, Trân Tô Nga says she is fighting “the” battle of her life: trying to hold 14 multinational corporations accountable for the use of “Agent Orange” during the Vietnam War, which destroyed her body and life, and the bodies and lives of many of her fellow nationals. The court action she brought against these corporations in 2014 in France is now in its final stage.

Como elefante en un bazar

A medida que avanza la pandemia de Covid-19 y queda en evidencia su disparatado y criminal manejo de la crisis, Jair Bolsonaro va perdiendo apoyos incluso entre quienes lo llevaron al poder y el ex capitán anda de lo más nervioso.

Bolsonaro, un asesino serial

Se lo ha dicho mil veces: las políticas de Jair Bolsonaro –todas sus políticas: la sanitaria, la social, la económica– son poco menos que genocidas. Los millares de muertes que dejan cada día justifican repetirlo.

Hija de una tierra envenenada

A sus casi 79 años Tran To Nga dice estar librando “la” batalla de su vida: intentar que 14 transnacionales paguen por su responsabilidad en el uso durante la guerra de Vietnam del “agente naranja”, que a ella y a millones de sus compatriotas les destruyó el cuerpo y la existencia. El juicio que les inició en 2014 en Francia entró
en su etapa final.

Los conocidos de siempre

En una continuación de hecho de los famosos Papeles de Monsanto, el diario británico The Guardian acaba de dejar al descubierto metodologías similares utilizadas por Bayer, actual propietaria de Monsanto, para que México desista de sus planes de prohibir el glifosato.

La odisea de un trabajador fumigado

Hace cuatro años que Julio de los Santos lucha para que la justicia reconozca el origen profesional de las graves enfermedades que contrajo trabajando en un arrozal que violaba a su antojo las normas sanitarias, ambientales y laborales y que todavía dicta su ley en un poblado cercano a la frontera entre Uruguay y Brasil.

Negras tormentas agitan los aires

Si estaremos poseídos, si estaremos ideológicamente embrujados que a ningún estado se le ha ocurrido la idea que las vacunas para combatir la pandemia de coronavirus deberían ser consideradas un bien común y exigir que se les trate como tal, cuando se sabe que buena parte de los fondos que han recibido las farmacéuticas para producirlas han sido precisamente públicos.

Pobres del mundo, moríos

Cada año, poco antes de que en el paraíso suizo de Davos se reúnan los grandes del mundo (gobernantes, empresarios, magnates, algún que otro filántropo), la organización no gubernamental Oxfam difunde un informe sobre las desigualdades en el planeta. El documento de este año no trajo sorpresas: la pandemia aumentó la brecha entre Norte y Sur y entre ricos y pobres al interior de cada país.