World | HEALTH | HR The pandemic and the spells of capitalism Black storms stir the air To such an …

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Hace cuatro años que Julio de los Santos lucha para que la justicia reconozca el origen profesional de las graves enfermedades que contrajo trabajando en un arrozal que violaba a su antojo las normas sanitarias, ambientales y laborales y que todavía dicta su ley en un poblado cercano a la frontera entre Uruguay y Brasil.
Si estaremos poseídos, si estaremos ideológicamente embrujados que a ningún estado se le ha ocurrido la idea que las vacunas para combatir la pandemia de coronavirus deberían ser consideradas un bien común y exigir que se les trate como tal, cuando se sabe que buena parte de los fondos que han recibido las farmacéuticas para producirlas han sido precisamente públicos.
Cada año, poco antes de que en el paraíso suizo de Davos se reúnan los grandes del mundo (gobernantes, empresarios, magnates, algún que otro filántropo), la organización no gubernamental Oxfam difunde un informe sobre las desigualdades en el planeta. El documento de este año no trajo sorpresas: la pandemia aumentó la brecha entre Norte y Sur y entre ricos y pobres al interior de cada país.
Se veía venir: en cuatro años prácticamente nada se había avanzado en la investigación sobre el accionar del grupo paramilitar de ultraderecha Comando Barneix. Y en pocos días la causa será muy probablemente archivada.
Comisiones Obreras (CCOO) y las organizaciones ecologistas Greenpeace, WWF, Ecologistas en Acción, SEO/BirdLife y Amigos de la Tierra firmaron una declaración conjunta con propuestas para una transición justa en el sector turístico.
Al ritmo de deforestación actual, el más alto en muchos años y 9,5 por ciento superior al de 2019, el paisaje de la Amazonia, el famoso “pulmón verde del mundo”, se asemejará al de una sabana en relativamente poco tiempo.
En los ya famosos Black Friday, las empresas de la “nueva economía” digital multiplican sus ya pingües negocios. Coincidiendo con uno de ellos, Amnistía Internacional emitió un informe en que denuncia la persecución sindical en Amazon, una de las compañías símbolo de uno de los sectores más desregulados y de mayor crecimiento en el planeta.
Perú vive otra vez una grave crisis institucional, que se suma a la social y a la sanitaria. Dos presidentes cayeron en espacio de pocos días, el último producto de movilizaciones masivas donde participaron jóvenes de diversos sectores, no nucleados en partidos, algo novedoso para la tradición política de Perú, dijo a La Rel Ivonne Macassi, Coordinadora del Programa de Derechos Humanos de las Mujeres del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán.
Durante varios meses dos medios de prensa independientes investigaron denuncias formuladas por un colectivo de trabajadores de la cadena Mc Donald’s en Francia y una asociación. Y encontraron de todo: racismo, homofobia, xenofobia, acoso sexual, amenazas, despidos arbitrarios y un sistema de gestión dictatorial y que asegura la impunidad de los denunciados.